Lou Andreas-Salomé

El [b]doce de Febrero de 1861 nace Louise que será conocida con el nombre de Lou.
El nacimiento de Lou coincide con un evento histórico importantísimo para Rusia, la emancipación del siervo de la gleba, acontecimiento que precedió grandes cambios políticos en toda Europa.
Lou nació bajo la estrella de la libertad y eso caracterizará siempre su actitud profunda y la volverá incapaz de hacerse discípula de algún credo religioso o filosófico.

Los acontecimientos históricos que hacen de fondo a la vida de Lou, son pues acontecimientos extraordinarios que van de la decadencia de la Rusia zarista hasta las violencias de la Alemania nazista.
Lou crece en un ambiente especialmente masculino, rebelde e inteligente y se transforma en una extraordinaria autodidacta.
Su guía espiritual fue Hendrick Guillot, pastor de la embajada Holandesa en San Petersburgo, brillante orador de personalidad fascinante, liberal, culto, escéptico quien le imparte enseñanzas de historias de las religiones, sobre las sociedades primitivas, sobre el simbolismo y sobre lógica y metafísica. 
Guillot, 25 años más viejo que Lou, casado con hijos, disuelve su matrimonio con la intensión de casarse con Lou, pero esta no acepta y viaja con su madre  a Zúrich, para que ella pudiera ingresar en la universidad.  
 Lou se inscribe en la Universidad de Zurich, pero al poco tiempo y siempre por el mismo motivo su salud,(tuberculosis), se tiene que trasladar a climas más benignos y viajan a Roma en febrero de 1882.
En Roma se presentó a Malwida von Meysenbug, que acogió a la joven rusa como una de sus amistades más intimas. 

Malwida, anticonformista y liberal, se fascinaba con la inteligencia de Lou y ve en ella la continuación de la obra de toda su vida.
Una tarde del mes de marzo de 1882, en Roma en la casa de Mawida, Lou conoce Paul Rée, este y Malwida piensan en su amigo Nietzsche y el 13 de marzo de 1882 Malwida le escribe una carta.
Nietzsche conoció a Lou el 26 de abril y quedó muy inpresionado con su personalidad, y quiso pedirla en matrimonio, confiando a Rée la mediación de su propuesta.
Los tres se transforman en grandes amigos y rápidamente nace un proyecto de convivencia según un sueño de ¿fraternidad ideal? , que no podrá realizarse por la insondable dificultad creada por el enamoramiento de los dos filósofos por Lou, la que no acepta a ninguno de los dos. 

 En 1901 Rée se suicida justo en el lugar en donde Lou Salomé le había rechazado veinte años antes; el tiempo jamás consiguió disolver todo el amor que sintió por ella. Lou era la eterna amiga de Ree, intelectualmente sintonizaban, pero ella sentía repugnancia física hacia él.
Otro tanto ocurrió con Nietzsche, si bien el poeta-filósofo logró sublimar la atracción que sentía en una obra singular, "Así habló Zarathustra". 
Hoy, tras la publicación de la correspondencia con Paul Ree, se sabe lo que sentía Nietzsche en aquella época: "Sino encuentro la piedra filosofal para convertir esta mierda en oro, estoy perdido".
Cuando Nietzsche conoció a aquella jovencita que daba muestras de una singular madurez e inteligencia, y que, por lo demás era excepcionalmente atractiva, se sintió inmediatamente seducido por ella.
Pero Lou solo amaba el pensamiento de Nietzsche, en absoluto al hombre. Lo rechazó una y otra vez. Finalmente en 1882, el filósofo perdió toda esperanza. Unas semanas después se encerró en su pequeña habitación; era el mes de febrero de 1883. En pocos días, Nietzsche compuso su gran poema filosófico que nació como fruto del desengaño y la frustración por un amor imposible.
"Zarathustra" salvó de la locura a Nietzsche durante unos años. Tras la ruptura con Lou, habló de suicidarse; sacó fuerzas de flaqueza, rechazó la posibilidad de cualquier otro amor e intentó transmutar en fuerza interior su soledad. Seis años después se derrumbaría. A partir de 1889 su locura sería irreversible. moriría dos años después.
Frederic Nietzsche ha pasado a la historia como el "gran misógino". Pero no siempre fue así: Nietzsche amó a una sola mujer. 
Su poema filosófico, "Así habló Zarathustra" puede considerarse como el producto de éste amor frustrado.

Lou permaneció virgen hasta los treinta años y jamás mantuvo relaciones sexuales con su marido, el doctor Andreas. Tras su ruptura, Nietzsche dijo de ella que sufría "atrofia sexual". Sus biógrafos cuentan que por esas fechas -entre los 20 y los 30 años- "le faltaba calor y vida a su rostro". Su complicada vida erótica y sentimental explica el interés desmesurado que sintió por la obra de Freud.
Conoce al linguista Friedrich Carl Andreas con el cual se une en "matrimonio no consumado". En 1888, cuando era catedrático del Instituto de Lenguas Orientales de Berlín, conoció a Lou Salomé. Logró que le dijera el ansiado "si" intentando suicidarse ante los ojos de su amada; es ella quien nos describe la escena: "con ademán pausado, cogió la navaja y se la clavó en el pecho".
 Aquella sangre derramada los unió para siempre.
Permanecieron casados cerca de 43 años, durante ese tiempo, el doctor Andreas jamás la poseyó físicamente, pero nunca la perdió del todo. Si bien es cierto que mantuvo relaciones con otros hombres, íntimas en algunos casos, no es menos cierto que siempre, antes o después, volvió con "herr doktor".
Lou conocía a la perfección las grandes religiones orientales, dubismo, hinduísmo e islam, incluso en su exoterismo; su marido fue uno de los introductores del orientalismo en Europa y conocía todas estas tradiciones desde el interior.
Lou desenvuelve una vida muy frenética y produce una prolífica obra literaria. En su obra narrativa destacanse dos novelas de ambiente ruso: Ma (1901) e Im Zwischenland (1902); pero se la recuerda sobre todo por sus biografías de Nietzsche y Rilke : Friedrich Nietzsche in seinen Werken (1894) y Rainer Maria Rilke (1928). 
La biografía de Nietzsche que es hoy todavía considerada la obra que más a penetrado el espíritu del filósofo, mostrando un profundo conocimiento del carácter del amigo como también de una grande profundidad psicológica. 

En el año 1897 conoce al joven poeta Rainer Maria Rilke con el cual se une en una relación sentimental de la cual dan testimonios un intenso intercambio epistolar.
En 1911 participa del congreso de la Sociedad Psicoanalítica de Viena.
Después, en 1912 volvió a Viena para iniciarse en el psicoanálisis. 
Empieza sus estudios incluida su formación bajo la dirección de Freud, así él se volverá colega como amigo y confidente en los difíciles años de la guerra.
En 1911, cuando contaba 50 años, conoció a Sigmund Freud. Visitó al psiquiatra vienés con la esperanza de que éste pudiera revelarle algo sobre los misterios de su personalidad.
Freud:

"Era de una modestia y una discreción poco comunes. Nunca hablaba de sus propias producciones poéticas y literarias. Era evidente que sabía dónde es preciso buscar los reales valores de la vida. Quien se le acercaba recibía la más intensa impresión de la autenticidad y la armonía de su ser, y también podía comprobar, para su asombro, que todas las debilidades femeninas y quizá la mayoría de las debilidades humanas le eran ajenas, o las había vencido en el curso de su vida."
 Fue la primera "grouppie", la primera mujer que tuvo acceso a tertulias hasta entonces vedadas al género femenino. Conoció bien la bohemia de París, Berlín y Viena.
Tuvo como pretendientes a las más grandes inteligencias de su tiempo. Pero, sobre todo, fue una mujer de sexualidad anómala. No se sintió jamás madre ni amante, probablemente tampoco mujer sino hasta muy avanzada su madurez...


Por entonces Lou ya había adquirido fama mundial. No en vano había sido la primera psicoanalista distinguida y la única mujer que Freud aceptó en él "círculo interno" de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Lo cual no era poco.
Los 25 años siguientes Lou se dedicará completamente al psicoanálisis, como psicoanalista y como investigadora.
Lou Andreas-Salomé adquirió una notable popularidad tras la publicación, en 1951, de la primera edición alemana de su autobiografía: Mirada retrospectiva, que sirvió a Liliana Cavani para hacer su película Más allá del bien y del mal.
Además, nos asomamos a una vida sumamente heterodoxa para los patrones convencionales y morales de su tiempo y, en cierto modo, anticipadora del movimiento de liberación de la mujer.
Por último, cabe resaltar la estructura de la obra. Lou Andreas-Salomé no realiza una exposición lineal de sucesos personales, sino que salta continuamente de la anécdota o del hecho al plano de la reflexión más general. Como anuncia el subtítulo, «Compendio de algunos recuerdos de la vida», lo que le interesa no es la descripción secuencial de su existencia, sino la búsqueda de ese sentido más profundo e invisible que realmente constituye el hilo de todo el relato.
La importancia de esta autobiografía es que nos aproxima a una de las épocas más atractivas y de mayor creatividad y esplendor de la cultura centroeuropea.
    
  

En 1937 a la edad de 76 años moría en Gottingen, Lou Andreas Salomé, un destino excepcional. Sus paisanos la tenían por una mujer extraña; su marido, el doctor Andreas, practicaba técnicas aprendidas en Oriente y tenía en su esposa a la principal colaboradora. La llamaban "la bruja de Hamberg".
Término de etimología incierta y discutida usado en el s. XVI para designar a los protestantes franceses adictos al calvinismo.
Los estudios analíticos y literarios de Salomé se volvieron muy de moda en Göttingen, el pueblo alemán en el cual vivió sus últimos años, el cual la Gestapo esperó hasta poco después de su muerte por uremia en 1937 para quemar su biblioteca.
Se dice que Salomé resaltaba en sus últimos días
“Realmente no he hecho más que trabajar durante toda mi vida, trabajar… por qué?”.
Y en sus últimas horas, como si estuviera hablando con ella misma, se ha reportado que ella dijo: “Si dejara que mis pensamientos vagaran, no encontraría ninguno. Lo mejor, después de todo, es la muerte”.  

Fte: Wikipedia, Antroposmoderno...

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